Lo intento, lo sabés. Muero por lograrlo, lo intento, lucho cada día, pero cada vez se hace más difícil.
Me engaño, creo que puedo. Que pude. Que ya lo logré y trato de sentirme feliz; de ponerme esa máscara de alegría, tan hipócrita, que oculta la verdad. Una verdad única y tan inaceptable para mi. No puedo odiarte.
No quiero olvidarte. No quiero perdonarte. No quiero más caricias ni promesas. No quiero más creer en algo que nunca va a suceder, esperar esos cambios que no van a ocurrir. No quiero más flores ni corazones de papel. No quiero más creer en algo que nunca existió.
Quiero odiarte.
Pero no lo consigo.